Miguel Ángel Russo sigue hospitalizado en la clínica Fleni mientras los médicos monitorean de cerca la infección urinaria que lo afecta. La decisión de mantenerlo internado responde a que su organismo aún no está en condiciones de sostener un tratamiento ambulatorio, ya que los cultivos revelaron la presencia de una bacteria resistente. El entrenador de Boca pasó su segunda noche en observación, recibiendo antibióticos e hidratación vía suero, con la esperanza de que la evolución positiva le permita regresar a su casa en las próximas horas.

En medio de esta situación, Russo recibió la visita de su hijo Ignacio, delantero de Tigre, y desde su entorno aseguran que mantiene buen ánimo y expresa su deseo de reincorporarse cuanto antes a los entrenamientos. Sin embargo, por ahora será Claudio Úbeda quien se mantenga al frente del plantel, acompañado por Juvenal Rodríguez, Adrián Gerónimo, Cristian Aquino y Cristian Muñoz, integrantes del cuerpo técnico que ya dirigieron la práctica del miércoles y repetirán el jueves.

Lo que sorprende es el silencio institucional de Boca: hasta el momento, el club no emitió un comunicado oficial sobre la salud de su entrenador, algo que llamó la atención de los hinchas. La ausencia de Russo en los entrenamientos también reaviva la preocupación, ya que en los últimos partidos se lo vio debilitado, permaneciendo sentado y sin dar indicaciones desde la línea de cal.

La prioridad médica es que logre superar por completo la infección antes de recibir el alta. En tanto, el mundo Boca espera que esta internación le permita recuperar fuerzas y retomar su lugar en el banco cuanto antes, en un momento clave de la temporada.